Cultivados en la Ribera del Ebro y seleccionados con un tamaño pequeño para que tengan la máxima frescura.
Se fabrican lo más rápidamente posible para que no pierdan sus propiedades y se pelan y procesan totalmente a mano de forma artesanal. Posteriormente son envasados sin ningún aditivo salvo el aceite donde se conservan.
Son digestivos, eliminan toxinas y reducen el colesterol.